BAHN· Records estrena desde Barcelona EP de Bøngvr, joven ruso que despunta con un release cuyo nombre parece (y digo parece, porque es una casualidad techno-cósmica) hecho para ser compartido aquí. Y dicho y hecho, Vanity destripa la vanidad que nos rodea y electrifica el postureo pasándolo por un prisma austero, sólido y bien elaborado, con su punto edulcorado —que no dulzón—. Estrenamos (valga la genial redundancia) el track Vanity del EP Vanity. Hoy sí, all in en Vanity Dust.
No fue por Vanity Fair, sino por el libro La hoguera de las vanidades de Tom Wolfe que decidí poner el nombre de Vanity a Vanity Dust. Unos meses después de bloguear, por allá 2008-2009 —cuando Bøngvr cumplía 10 años de edad, pues nació en 1999—, los lectores de aquellos años comenzaron a llamar al protagonista de las historias que escribía con el nombre propio de Vanity, puesto que escribía desde un “yo” que no tenía ninguna otra referencia que la del nombre del blog. Con los años, Vanity ha pasado a convertirse en un nombre de pila que usan muchos de mis amigos y amigas, hasta tal punto de que hay gente que se dirige a mí por el nombre de Vanity, sin saber si hay otro nombre “normal y corriente” detrás. De hecho, diré más, en los momentos más psicóticos de mi vida, hasta consideré “seriamente” cambiar mi DNI a Vanity, cosa que por suerte no intenté poner en práctica en un cuartel cualquiera de la Policía Nacional. Vanity queda, pues, en el mundo online, con un salto a lo real, y siempre liberado de una entidad corpórea que lo limite a alguien en concreto.
Bueno, Vanity, todo esto está muy bien, pero estás pecando de egocentrismo, justamente cuando esto es una enorme première de BAHN· Records que firma el ruso Bøngvr tú te pones a contarnos una chapa senil de tus orígenes, hace ahora ya unos 13 años.
Y yo bajo la cabeza y asumo que sí, que esta crítica es acertada, pero con ello intento explicar el subidón que el destino me puso delante cuando BAHN· Records me hizo llegar el lanzamiento: “Se llama Vanity”. Epic. Se juntan el hambre con las ganas de comer, el beat con el altavoz, la pista con el baile, el pan con el queso y la mermelada de frambuesa, o el café con la cafetera. Es decir, es un honor y un privilegio poder compartir el trabajo de Bøngvr, artista que sin duda tiene una carrera por delante prometedora y que, para más inri, he descubierto recientemente que tiene un podcast de hace 4 años en Systolic, un sello de Malta que fue el primer sello que me pidió un podcast a mí también. Aquí tienes el podcast de Bøngvr, y aquí el mío, por si tienes curiosidad. Pero hablemos Bøngvr, cuando hizo ese podcast tendría… ¿menos de 20 años? Más que ante una promesa del techno, estamos ante un prodigio, un chico que lleva ya a un nivel electrónico y creativo —a los 20 apenas comenzaba a definir un poco mis gustos— muy enfocado desde una temprana edad. Bøngvr sabe lo que quiere, cómo quiere sonar, qué es lo que le gusta, y BHAN·, por su lado, como proyecto barcelonés consolidado y con múltiples conexiones around the world, otro tanto. Es decir, que entre BAHN· y Bøngvr se junta un criterio perfilado de techno, ganas de seguir lanzando música y una cuenta atrás para el regreso que apremia.
Llegados hasta aquí, os dejo con el electrizante track de VANITY y, sí, tenía que hacer la coña, aunque no es que sea lo máximo y posiblemente no se te había ocurrido a ti antes. Vanity meets Vanity y BAHN·, ¿resultado? BAHNITY. Play Out Loud.