La conexión electrónica entre España y Portugal sigue creciendo gracias al trabajo de Warm Up Recordings. Tras el brutal álbum de Nørbak, Flesh To Ashes, lanzado a principios de año en Warm Up, llega ahora Idle, nuevo EP de Temudo, artista que también forma parte del colectivo HAYES y que con este release ensancha once again los límites del techno actual.
Estrenamos en exclusiva el track Zoom Back (disponible el próximo 15 de abril), rebuscamos entre sus posibles influencias y nos imaginamos en qué club sonará especialmente bien.
João Temudo Rodrigues, desde Lisboa, es uno de los artistas portugueses que, a través de su plataforma compartida HAYES Collective y gracias a su trabajo incesante —con releases en Soma, 30D Records o Klockworks, entre otros—, ha alimentado la escena techno con suculento nuevo material a pesar del parón pandémico. Se han parado los clubes, sí, y a la espera seguimos de su vuelta. Pero, como hemos ido viendo en los últimos meses, se han encendido, ahora más que nunca, algunos estudios, y parece que en Portugal, entre Lewis Fautzi, Nørbak, A Thousand Details, Temudo y algunos más son capaces de seguir abasteciendo las necesidades electrónicas de miles y miles de clubbers huérfanos que necesitan (necesitamos) la fuerza del techno para sentir que la vida sigue siendo más o menos normal.
Zoom Back es el track que abre el EP Idle y nos queda bien claro, desde su arranque, que no es un track para pinchar de cualquier manera ni a cualquier hora: puede arrollar un set, descuartizarlo, puede fundirte los platos o provocar un apagón. A mí, personalmente, me sitúa no tanto en un peak-time track si no en un apocalypsis time track, y huelo en mi imaginación las lejanas influencias de los tracks Burn de Function y Running de DVS1, pero en versión 2021, con la correspondiente aceleración electrónica del momento y la turbia situación kármica que atraviesa nuestra débil condición humana.
Un doble kick que marca el compás, y un leve vaivén en el pan que nos induce fácilmente en el trance. Entran las percusiones, y ahí es donde parece que los ecos de los épicos tracks de DVS1 y Function emergen sutilmente —ya os digo, son meras imaginaciones o interpretaciones mías—. Estamos totalmente vendidos ante Zoom Back, su fuerza se acrecienta a medida que la descarriada melodía emerge y desaparece entre el doble kick. Sudor, lágrimas de éxtasis, arañazos en el vientre. Y todo eso que provoca liberar nuestra imaginación hacia los confines de la locura.
No suelo ser un buen profeta, y es imposible saber qué es lo que va a sonar en los clubes cuando regresen a las andadas —se habla de finales de verano, como muy pronto—, pero algo me dice que Zoom Back sonará fuerte durante las jornadas de apertura, y que en Berlín vibrarán las vidrieras y los cimientos de un club en el que sonaría especialmente bien. No os sorprenda ver el nombre de Temudo esculpido ahí tan pronto como se abra la veda. Ni que alguien, perdido entre el público, aúlle y salte delirando cuando entre, en la hora del Apocalipsis —pasadas las 7 de la mañana, para hacernos una idea—, a máximo volumen, Zoom Back.