Mientras Catalunya se dirige de nuevo al cierre de clubes en la avanzadilla de las comunidades autónomas de España, siendo la primera en reinstalar el toque de queda y clausurar la cultura nocturna (again), un servidor se recupera a tras haber superado el virus, sin mucho lío salvo el caos e incertidumbre de las primeras veinticuatro horas y la primera noche de fiebre, el pasado fin de semana. Por suerte, las dos vacunas han hecho el resto del trabajo sucio y ya puedo retomar cierta actividad mientras mantengo mi cuerpo a distancia del resto de seres humanos, a la espera de superar los diez días de cuarentena pertinentes si todo sigue mejorando in my body, in my mind, in my soul.
Por este motivo, esta première, el esperado álbum de Ricardo Garduno en Ucker Records bajo la serie Particles, en su primer release (Particles I), llega con un retraso que, sin embargo, no debe empañar un trabajo brutal por parte de todos los implicados. Ahora mismo parece que el mundo entero esté danzando, de manera macabra y caótica, al son de un virus cuya única misión es propagarse y perpetuar su existencia, con las mutaciones imprevisibles necesarias de por medio. Ahora mismo, de nuevo, los peores presagios y la confusión se adueñan de nuestras mentes, y si no estamos en marzo de 2020, quizás anímicamente no andemos muy lejos de los peores momentos de los últimos 18 meses, cuando por un motivo u otro (una nueva cepa, etc) nos han abocado a vernos de bruces con el colapso.
El release, previsto para el día 20 de diciembre de 2021 —estamos ya a 22, así que obviamente de première, técnicamente, nada—, merece un à part por múltiples motivos. Y todo agradecimiento será poco al equipo de Ucker, que ha visto cómo de la fecha prevista para el lanzamiento de este artículo (bastante antes del 20) entrábamos en una vorágine de delays que culminaba con mi caída en pleno deadline. Quizás te preguntes, a pesar de mi sentimiento de culpa y rabia, por qué hablo tanto de “agradecimiento”, y si es así estás haciendo la pregunta más que correcta. Dentro de los tracks del release, que ya puedes comprar en el Bandcamp de Ucker en vinilo, casete y digital (tienes el enlace al final del texto), se encuentra mi predilecto: Ungrateful.
El track respira esa hostilidad característica del techno liberador, que busca expiar, en cierto modo, nuestros malestares de en modo clubber, catártico. En definitiva, Ungrateful de Ricardo Garduno es un bombazo de track que cautiva a través de una serie de interferencias pegajosas que cobran vida y contraste a medida que un bombo acolchado e implacable nos empuja a levantarnos, otra vez, contra viento y marea. Los high-hat y diversos parones hacen el resto, el efecto necesario de ir y venir, de reponerse unos segundos para volver a vibrar y a revolotear enloquecidos. Una fórmula atemporal, una ejecución magistral y un track que, efectivamente, me hace dar las gracias una vez más a todos los que lo han hecho posible, empezando por Ricardo Garduno y pasando por el team de Ucker Records.
Me dirijo al otro título del release, Hidden Gods, esos que tanto se están haciendo esperar en esta pandemia, para que nos echen un cable a los Human Clubbers. Pienso también en el Stellar Mantle (título de otro track de Ricardo Garduno en Particles I) y en la fragilidad que nos envuelve, en un track que nada tiene que envidiar al mejor Boards of Canada. Pienso también en lo muy culpables que nos sentimos cuando, a causa de este eterno despliegue vírico, fallamos y nos alejamos de nuestros objetivos y planes, metas y proyectos. Guilty or not, otro título. Porque, al final, parecemos malditos goblins asustados, troleándonos entre nosotros, entre países, chapuza tras chapuza en un sinfín de despropósitos de nuestros gobernantes y poderosos que, en vez de currar, de currar de verdad (cosa que pocos hacen en la esfera política, quizás justamente los que menos hablan), se dedican a meter la pata una y otra vez y a remover el lodazal de odio y desinformación que, supuestamente, tan bien creen que les sienta en las urnas. Sí, Damn Goblin es otro título de Particles I. Quedan algunos por mencionar, pero lo cerraremos con el sueño de tener otro Day Zero, es decir, un día en el que, de un modo u otro, sintamos que podemos comenzar de nuevo, y hacer las cosas de otra manera, aunque eso es, a día de hoy, un ingenuo sueño. El mismo que hace falta para intentar no perder la cuenta de las dosis que recibimos y recibiremos de la vacuna: ojalá, como reza el nombre del último track del release, exista eso llamado The Perfect Dose. Un Novax te dirá que la dosis perfecta es ninguna, a lo que le responderé, tranquilamente, que derramar un poco de sangre (A Little Blood) para salvar otras vidas, aún corriendo un pequeño riesgo, es un gesto que incluso los seguidores de Birds Aren’t Real deberían entender (bueno, casi).
Ojalá este lanzamiento, uno de los últimos grandes trabajos de 2021 en el panorama del techno internacional, nos recuerde en un futuro que, a pesar de la oscuridad del presente actual, muchas y muchos seguíamos barriendo partículas, una a una, avanzando y dotando de sentido el contexto con electrónica de calidad, con Ricardo Garduno y Ucker Records abriendo camino, esos pilares necesarios, mexicano el artista y argentino el sello, cuya potencia y fuerza nos alcanza en estas tierras, océano mediante, y nos hace fuertes en la lucha común: contra el virus, contra la soberbia y, en especial, contra la estupidez. Con o sin delay, nunca es tarde para plantarle cara de una vez.