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El debut de Paula Cazenave en Symbolism, el reconocido sello de Ben Sims, significa mucho para la escena nacional, puesto que es una prueba más del alto nivel de producción de lxs artistas que hacen vibrar las pistas post-covid y que mantienen una fuerte proyección internacional.
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Más allá de su relevancia musical, de la que hablaremos, Otto EP llegó el pasado 15 de julio y tiene un incalculable valor simbólico (nunca mejor dicho): es el homenaje al último perro que tuvo la artista vasca residente en Barcelona y que falleció durante la pandemia.
Supongo que tener un perro durante la pandemia fue otro motivo de angustia más, puesto que si no recuerdo mal estuvimos unas semanas sin poder prácticamente salir y luego teníamos las salidas limitadísimas, por lo que los animales domésticos, siendo sensibles como son a las rutinas, andarían bastante inquietos, al igual que sus dueñxs, intuyendo que algo no iba nada bien.
Por otro lado, muchos recordamos con cierta claridad —al contrario que la cantidad e intensidad de las limitaciones que fueron avanzando y retrocediendo respecto a nuestras libertades, algo que se ha convertido en un desagradable y caótico recuerdo— esa distópica sensación de soledad cuando se limitó físicamente el contacto cotidiano con el resto de ciudadanos, más allá de los que viviesen en el mismo techo que nosotros. Un saludo cualquiera, ya fuesen dos besos o darle la mano a alguien, pasó a ser algo así como un tabú extremo. De golpe y porrazo, tener el afecto de un perro, poder hacerle cosquillas, magrearle la cabeza o sencillamente verle pegar brincos por casa, eran algo así como un lujo para los que casi hacíamos morir por exceso de agua y cuidados a las plantas de casa, nuestro único contacto con otros seres vivos más allá de las pantallas.
No tengo muchos detalles sobre Otto, pero sí comparto con vosotrxs esta imagen, de la que podemos extraer algunas notas.
Era precioso, parecía en paz consigo mismo y de ahí se deriva, obviamente, que era un perro querido y que hacía felizmente de perro. Y no hay en estos comentarios atisbo de ironía, sino de puro respeto. Si tienes un perro feliz es porque posiblemente tú también lo eres un poco (feliz, quiero decir), y si tienes un perro será en gran medida porque el mero hecho de tenerlo te hace, en cierto modo, un poco más feliz. Y el motivo de tener un perro, entiendo, es hacerle feliz y que ello te haga, directa o indirectamente, más feliz a ti.
De nuevo, poco puedo aportar en estas reflexiones más bien intuitivas, de las que se ocupa con mucha mejor precisión y detalle la antrozoología.
Sin embargo, no hay que ser especialmente hábil para imaginar lo que es perder, en plena pandemia, al perro que has querido desde hace años. A las malas noticias diarias, ante la posible pérdida de parientes, amigos o conocidos, tu compañero de batallas diaria, el que te aguanta en las buenas y en las malas, se va definitivamente.
Tiene que ser un golpe muy duro, y si tienes o has tenido perro posiblemente lo sabrás o imaginarás incluso mucho mejor que yo.
Los que amamos la música electrónica y el techno de una manera especialmente intensa, queriendo decir con ello que sin poder producirla, pincharla o escucharla posiblemente nuestra vida perdería unos cuantos enteros en cuanto a nivel de sentido, sabemos también su poder para reivindicar aquello que realmente nos importa o, incluso, su fuerza para superar nuestra impotencia ante algo perdido y que, sin embargo, no dejaremos que perezca en nuestra memoria.
Un release en Symbolism puede ser una de las mayores gestas en la carrera de un artista de música electrónica, y si a ese release Paula Cazenave le ha puesto el nombre de Otto, por algo será. El release funciona al ritmo de bpm acelerado del techno actual, y desprende tanto fuerza como contención, poco dado a las melodías que se extienden y evolucionan a lo largo del track, el trabajo está tanto en los bombos como en las percusiones, cada uno de los tracks te agarra desde el primer segundo y trata de que no te sueltes hasta que termina el último beat. Sin duda, techno que deja poca respiración, es decir, techno para cuando tienes mucha energía —¿quizás llevabas dos años en casa?— y unas ganas tremendas de salir a quemarla.
Lo que vas a leer a continuación es 'pure fiction': se trata de una (re)construcción literaria realizada a partir de la escucha del track Otto, que encontrarás en el EP del mismo nombre que publica Paula Cazenave en Symbolism.
El track Otto, que da nombre al EP, avanza rápido como un perro trotando ensimismado con las nubes y la luz del sol, disfrutando de un día de playa, chapoteando entre salpicaduras que se transforman en los high hats del track.
Cada cierto tiempo, el agua que queda tras el retroceso de las olas, le salpica a Otto en el morro. A lo que Otto responde moviendo la cabeza y la lengua, sin dejar de correr. Si el track fuese una banda sonora del momento que estoy describiendo, seguro que imaginas a Otto corriendo y en qué momento mueve la cabeza para sacudirse el agua, haciendo un zig-zag.
Cae la tarde, en realidad hay poca gente en la playa, puesto que no estamos en temporada alta, y la pandemia sigue estando al orden del día. Las vacunas han hecho acto de presencia, pero su distribución todavía es cosa de meses. Paula Cazenave, a lo lejos, sentada en la arena y sacándole alguna que otra foto difusa a Otto con el móvil, se pregunta por el día en que terminará la maldita pandemia, y también especula acerca de si será capaz de tener listo pronto su próximo EP. Un EP en el que ha ido avanzando, que le está saliendo con mucha fuerza, que le gusta especialmente, para el que todavía no tiene nombre.