· Es un juego de palabras demasiado facilón decir que Lars Rühlemann y Sven Fröhlich son los reyes de la jungla electrónica. Además, decir que su dúo Monkey Safari aspira a dominar y someter la experiencia clubber sería mentir descaradamente.
· En cambio, el último trabajo discográfico que han editado, el álbum Odyssey, nos acerca mejor a sus intenciones: un viaje hacia el fin de la noche —y más allá— a modo de tributo bailable a los diversos momentos y ciclos de la experiencia de club.
· Tuve la big chance de poder hablar con Monkey Safari en su último viaje a Barcelona, donde pincharon en la infalible y necesaria La Terrrazza.
A diferencia de los EPs, un álbum suele llevar mucho más trabajo, tanto a nivel de concepción como de producción en sí. ¿Cuál ha sido vuestro horizonte temporal hasta llegar al lanzamiento de Odyssey?
Lars Rühlemann: Todo el proceso ha durado unos tres años y medio y, en realidad, hemos llegado a producir entre tres y cuatro álbumes como posible material para Odyssey. Hemos producido mucho material, porque además la idea del álbum ha cambiado con el paso del tiempo. Al inicio pensábamos más en hacer un álbum para la escucha, diferente de lo que solemos hacer. Pero nos iba ocurriendo cada cierto tiempo que el resultado de lo que hacíamos no nos gustaba lo suficiente. Hace un año reflexionamos a fondo acerca de ello y llegamos a la conclusión de que, si efectivamente solemos pinchar en fiestas, clubes y festivales, nuestro álbum debía ser también un reflejo de esta experiencia, de lo que es una noche de club. Hay algunos tracks más relajados, propios para pincharlos en un warm up, otros que se acercan más a lo que serían las afterparties y luego temas que podemos situar en los momentos pico, en los puntos más álgidos de la noche.
La idea de llamar al primer track Prologue y el cierre como Epilogue imagino que va en consonancia con esta idea de viaje a través de la noche de club, con un inicio y un final.
Lars Rühlemann: Sí, era una forma de construir un marco dentro del que poder contar la historia de lo que podría ser una noche en un club desde nuestro punto de vista.
Entonces, ¿consideráis que Odyssey es una especie de tributo a vuestra experiencia como djs?
Lars Rühlemann: Aunque normalmente pinchemos en horarios concretos a lo largo de la noche, Odyssey refleja lo que sería para nosotros pinchar all night long. Porque no todos los tracks los puedes pinchar en cualquier momento de la noche, y creo que esa era la idea que queríamos alcanzar, un reflejo de todos los momentos que puede tener una noche de música electrónica según nuestro punto de vista.
¿Con el lanzamiento del álbum, os planteasteis también la idea de hacer un live? Ahora mismo es casi una obsesión la que tienen muchos djs para salir con su propio live.
Lars Rühlemann: Sí, es algo a lo que le dimos varias vueltas hace un par de años. Pensamos tanto en hacer lives como en lo que comentas de hacer el live basado en el álbum. Aunque la idea del live es muy atractiva, la verdad es que nos encanta hacer dj sets y pinchar temas de otros artistas con los nuestros. Para nosotros esto es lo que realmente nos gusta. En cambio, el live parte más de un concepto que debes ir repitiendo en cada actuación, aunque hagas variaciones. En nuestro caso, no nos veíamos haciendo lo mismo cada fin de semana durante uno o dos años. Creo que en un futuro lo haremos, casi no me cabe duda. Pero en este momento priorizamos nuestra concentrarnos en el proceso de elaboración del álbum en sí y en seguir pinchando. Quizás en un par de años podamos plantearlo con tiempo y conceptualizar el live con la creación de nueva música.
Por otro lado, y esto es mi impresión personal, he escuchado live de artistas muy conocidos que siguen pinchando sus temas exactamente del mismo modo que hace seis o siete años, sin apenas variar nada de su concepción original.
Sven fröhlich: Exacto. Hay muchos djs que deciden hacer live pero en realidad se basan en el Ableton y entremezclan canciones y variaciones. Para nosotros esto no es un live propiamente, no lo vemos de este modo. Pero, claro, cuando tienes un nombre y haces un live sueles tener todavía más fechas y mejor pagadas todavía. Ganar más dinero puede ser la razón para que muchos artistas quieran salir con su propio live aunque esté lejos de ser un live de verdad.
Hablando de originalidad, para pinchar sin repetiros ni acabar siempre pinchando ciertos temas como un “comodín”, ¿cómo seleccionáis vuestra música para las sesiones y cómo organizáis la que recibís para editar en vuestro sello Hommage?
Lars Rühlemann: Obviamente, escuchamos muchísima música y también recibimos mucho material para el sello. Muchas cosas no nos gustan ni para el sello, ni para pinchar. De hecho, precisamente por eso tenemos Hommage, para poder elegir lo que queremos lanzar y apoyar y lo que no. A veces recibes varios temas y decides seleccionar, por ejemplo, un par para probar en la pista. Pero lo que ocurre frecuentemente es que terminas la sesión y los descartas directamente, porque quizás suenan muy bien en los auriculares o en el estudio, pero en la pista ves que no llega al resultado que parecía que podían lograr.
Aunque quizás no tenéis la oportunidad de pinchar sets largo muy a menudo, ¿Os gusta tanto pinchar en sets cortos como en los que tienes más horas por delante?
Sven fröhlich: Nos encantan los sets largos, porque tanto el público como nosotros tenemos una experiencia diferente. Te permite meterte realmente en la fiesta y arrancarla desde el inicio, hacerla avanzar poco a poco y llegar a los buenos momentos de conexión con el público. Si tienes sets de hora y media o dos horas, tienes que acortar mucho la selección para que el público llegue muy arriba y claro, una fiesta es mucho más que pinchar una colección de temazos.
Y entre ambos, ¿cómo planeáis las sesiones y vuestra coordinación en los platos?
Sven fröhlich: Traemos una selección hecha entre ambos previamente, que sea amplia pero definida. Entonces Lars pone un tema y yo veo cómo está funcionando, la respuesta que provoca y por dónde quiero ir, entonces pongo el siguiente track.
Lars Rühlemann: Sí, es decir, pinchamos en back to back pero juntos al mismo tiempo. De este modo logramos que cada noche sea diferente y entre uno y otro logramos que sea así. Como decíamos antes, somos incapaces de pinchar el mismo set todo un verano o una temporada, por eso vamos actualizando nuestra lista regularmente, en especial después de las sesiones. Intentamos estar muy abiertos cada vez que pinchamos.
¿Os condiciona el lugar en el que pincháis a la hora de elegir la sesión?
Lars Rühlemann: Por supuesto, es algo que hay que tener en mente, del mismo modo que también la hora del día. No es lo mismo pinchar de día que de noche, ni en un open air que en un club cerrado. Imagina un set de 24 horas en el que atraviesas diversas atmósferas diferentes a lo largo del día, y por lo tanto puedes pinchar de ambient hasta techno, en función de la hora y la luz, por ejemplo.
Supongo que la metodología que habéis ido desarrollando empieza bastantes años atrás, antes de Monkey Safari. ¿Cómo ha sido el camino que os llevó a decidir pinchar juntos?
Lars Rühlemann: La historia se remonta unos 16 años atrás. En esos años, si querías dedicarte a pinchar, o comprabas vinilos, mezclador y platos o no tenías más opciones. Eso es mucho dinero y decidimos juntar los ahorros de los dos para comprarlos. Durante un tiempo, yo pinché hip-hop y soul pero Sven lo dejó durante unos meses. Al cabo de un par de años, me compré unos Serato y para Sven fue mucho más fácil volver a ponerse. Entonces, seguimos con los CDs y los discos duros. En aquel momento no pinchábamos en ningún club pero decidimos comenzar a pinchar juntos. Con otros dos amigos, montamos nuestro primer sello. Al poco tiempo comenzamos a regentar un local y hacíamos allí las sesiones para las opening hours, en nuestro pueblo. De esto hará unos ocho o nueve años y llevábamos ya montando fiestas por nuestra cuenta un año más. En aquel momento en el que las cosas eclosionaban decidimos empezar con Monkey Safari como proyecto.
Sven fröhlich: Somos partners en todo lo que hacemos y compartimos las ideas acerca de lo que queríamos hacer y seguimos haciendo, tanto a nivel musical como en el club o el sello.
Lars Rühlemann: En 9 años que llevamos pinchando juntos solo en 3 ocasiones he pinchado yo solo. Una de ellas fue porque Sven tuvo un hijo y en la otra que recuerdo Sven se puso tan enfermo en París que fue imposible pinchar. Es decir, siempre que podemos estar juntos en el escenario, lo hacemos. En una ocasión, en Puket (Tailandia), me puse muy enfermo. Me sentía totalmente congelado, temblando, pero, en realidad, al aire libre estábamos a 30 grados. Obviamente, no podía pinchar y el set era de dos horas, pero me quedé toda la sesión detrás en la cabina, con Sven. Quería estar ahí mientras pudiese y comentar los tracks con Sven, las reacciones del público. Tras el viaje larguísimo que hicimos para llegar ahí, quedarme en el hotel no era una opción mientras pudiese estar en la cabina y participar en la medida de lo posible.