Dissident Music: Techno y predicciones [J. Gonzalbo Première!]

El 5 de octubre de 2022 saldrá a la venta la cuarta referencia del sello Dissident Music, proyecto del DJ y productor DCM, afincado en Barcelona, con tracks de Asedus, J. Gonzalbo, Loss Of Balance, RPTLS y R.V.

El release, como ves, es un VA que lleva por nombre **Predictions** (Part 1), abriendo una línea del sello llamada DSM Deep.

Estreno, antes de su salida a la venta, el track de **J. Gonzalbo**, Five, y comentamos algunas ideas acerca de las disidencias techno y el bizarro mundo de las predicciones.

El primer track compartido en el Soundcloud del madrileño J. Gonzalbo forma parte de un VA de Northallsen Records, sello de Aleja Sánchez. En su Soundcloud también hay un like al release de DJ Nobu en Non Series, cosa que multiplica mi simpatía y afinidad musical con Jaime Gonzalbo, sin conocerle personalmente.

El productor y DJ madrileño también ha lanzado en sellos como Illegal Alien Records o Utopia Society Records, ambos sellos presentes en Vanity desde hace algunos años (también Northallsen, for sure). En cierto sentido, no hubiera sido descabellada una predicción intuitiva de que, tarde o temprano, de uno modo u otro, una première suya aparecería por estos lares. Y, por ello, me siento especialmente in y agradecido.

Al buscar Dissident en Soundcloud, uno se da cuenta de que es un nombre relativamente común, existen varias cuentas y proyectos con el mismo término, y es que, a nivel estético, la disidencia mola. Aunque el Techno está ya, a estas alturas, plenamente dentro de la economía capitalista y la disidencia es cada vez más complicada, su mera existencia sigue siendo difícil de encajar para las autoridades: para empezar, no entienden la música: ¿Por qué no hay letra, por qué parece tan agresiva y hostil? Por otro lado, los horarios nocturnos o dilatados de los eventos, que siempre acaban quedándose cortos legislativamente a nivel horario en nuestro país, hacen que el Techno siempre esté vinculado tanto al placer de compartirlo en público, como en privado, cuando ya no queda otro lugar en el que seguir escuchándolo que en tu casa, con amigos y amigas de confianza, a puerta cerrada. En cierto sentido, mientras existan mentes conservadoras y plagadas de prejuicios, tanto a la diversidad de género como a los sonidos electrónicos y a otro tipo de cosas, cualquier evento o celebración Techno es, por muy leve e inofensivo que parezca, un acto de disidencia (al igual que la existencia de una montaña implica ciertas horas de sombra para con uno de sus territorios colindantes, las mentes conservadoras se alojan en los resquicios de la esperanza, zona pantanosa en la que los cambios sociales no se ven como un avance, sino como un retroceso que le hace perder al ser humano cosas como, qué sé yo, los valores 'de verdad' o la 'pureza', algo que, al parecer, las mentes conservadores reivindican como si tuviesen la fórmula 'correcta' de la pureza o 'la verdad', apropiándose de una superioridad moral que, falsamente y de manera bastante burda, atribuyen justamente a la izquierda, esa llamada 'superioridad moral'). En fin, salgamos de este pantano en el que me he metido yo solito (en el que tampoco se está tan mal, en el sentido de que alquilan canoas y puedes darte una vuelta de tranquis y saludar a los domingueros haciendo su barbacoa en las zonas de picnic con buena carne y luciendo el pecho al aire con collares dorados de Jesus Christ). Lo dicho, prosigamos.

Algo me dice que DCM respira energía y muchas ganas de seguir avanzando con Dissident Music (vaya predicción, eh, esta ha sido difícil de acertar), sello que representa en este sentido a la nueva oleada de artistas que empiezan trabajando y tratando de colaborar en un tejido local y nacional en vez de babear con artistas internacionales que se mueven en primera clase a pesar de sacarse fotos en búnkeres decadentes de la zona industrial de su ciudad. Aunque el mundo del techno oscila entre la precariedad y los casi nulos ingresos por ventas de música o derechos derivados de su registro, nada amedrenta las ganas de seguir empujando el sonido y la escena de aquellos que se adentran en ella. El tiempo dirá, en este sentido, lo que perdura y crece y lo que se estanca o se abandona, sin que una cosa implique haber hecho las cosas muy bien ni la otra haber fracasado.

Track ID: Five Artista: J. Gonzalbo Label/Sello Discográfico: Dissident Music

Para cerrar esta breve introducción al nuevo release de Dissident Music, cómo no, abordamos el track de J. Gonzalbo, Five. Cualquier persona ajena al Techno quedaría estupefacta si lo defino como un tema mágico. ¿Mágico? ¿Un voz robótica, casi enfermiza, repitiendo Five todo el rato? ¿Estamos locos o qué? Para nada, o bueno, quien sabe. Digamos que la cordura siempre es un estado temporal sujeto a trascender, si las circunstancias exógenas afectan a la química cerebral de determinada manera, llevando al sujeto a experimentar la vida en otros parámetros, valores, creencias y percepciones con una intensidad y confusión (no siempre, pero tiende a ello) que la ciencia occidental ha convenido en considerarla patológica, a falta de una mejor explicación. La magia del Techno es justamente esta, pone orden en el abstracto de los sonidos, y sin embargo no busca transmitir sistemáticamente un sentido. Solo faltaría que el tema de J. Gonzalbo (y perdonad si el cierre de este post es un poco faltón/low profile a nivel humorístico) terminase, tras repetir unas 40 veces Five, diciendo 'y por el ass te la hinco'. Eso sería demasiado fácil, evidente, previsible, y me temo que ni Dissident Music ni J. Gonzalbo (ni nadie que no se dedique a buscar bromitas faltonas en una canción a falta de poder apreciar otras cosas) han pensado tan siquiera en el juego de palabras previamente.

Espero que cada vez que escuches el track, y te compres el release para pincharlo con gusto, no pienses en mi coña fácil (de esas que luego te cortan el rollo y no te las quitas de la cabeza), quédate con eso de mágico. Y también en que el Techno, eso sí es más relevante, está presente en los cinco continentes. No te extrañe que J. Gonzalbo llame a su próximo track Six, cuando se anuncie secretamente la próxima macro rave mundial, no en Tomorrowland, sino en la Atlántida.