La entrevista por correo electrónico que le hice a Inigo Kennedy me generó una tensión extraña. Un colega de Berlín me pasó su contacto y él me respondió en pocas horas encantado con la propuesta. ¿Qué podía preguntarle a alguien con una trayectoria impecable en cuestión de techno oscuro y largas y eternas fiestas en los lugares más recónditos y salvajes de Europa? Le pregunté, como es debido, por su trayectoria, la evolución de la electrónica, su sello y sus planes para seguir a la bandera en un terreno en el que pocos logran adentrarse hasta dónde él ha conseguido.
Inigo Kennedy forma parte del selecto círculo de su generación que ha vivido, desde dentro, el desarrollo de la electrónica hasta la actualidad. Nace en 1972 y vive entregado a la electrónica desde adolescente; en los noventa se configura como figura destacada del mundo del techno. Actualmente, tras décadas de experiencia, tiene su propio sello,Asymmetric, y viaja alrededor del globo, de cabina en cabina, para ofrecer en clubes como Berghain un techno contundente y arrollador. Su sonido tiene unas raíces sólidas que solo la experiencia puede forjar, pero fluye al mismo tiempo renovado por su imparable creatividad. Bajen la iluminación, coloquen bien los altavoces y enciendan la máquina de humo. Comienza su set.
Entrevista publicada originariamente en Vicious Magazine, Diciembre, 2013.
Vanity Dust: Tu producción como DJ arranca en 1996, cuando el techno no era un sonido nuevo, sino que estaba ya consolidado como una forma reconocida de clubbing y de comprender la música electrónica. ¿Qué sentiste y qué perspectivas tenías cuando te adentraste en el mundo del techno?
Inigo Kennedy: No fue una decisión tomada de un día para el otro, sino que fue resultado de una lenta transición de alguien que experimenta con la música siendo un desconocido y pasa a lanzar algunos temas y comienza a hacer algunos conciertos a nivel internacional. Todavía siento que es algo especial y me siento afortunado de vivirlo. Ya experimentaba creando música mucho antes de 1996, en mi adolescencia, más o menos a finales de los ochenta o principios de los noventa, y también salía a escuchar y vivir el techno en los clubes. Tengo casetes llenos de música que hice durante aquellos años, llenos de inspiración de lo que me rodeaba en ese momento.
No fue hasta mediados de los noventa cuando entré en contacto con alguna gente, y con algo de suerte otra gente también me contactó a mí. Recibí respuestas positivas de la música que estaba haciendo y mucha energía e inspiración de los clubes a los que iba (Eurobeat 2000, Deep Space, Club UK, Lost, Ultimate B.A.S.E, Megatripolis, Drum Club, Labyrinth en London y The Orbit, Herbal Tea Party, Megadog, Paradise Factory y Bugged Out en el norte cuando iba a la Universidad en Manchester). Me llegaron por otro lado buenas influencias de lo que escuchaba en la radio (de los programas de John Peel, Colin Faver, Colin Dale y algunos otros). Para mí fue natural ponerme detrás de los platos. Tuve suerte y puse un poco de audacia, eso me ubicó en esa posición y pude hacerlo bien.
Desde sus inicios, la música electrónica parece que nunca ha dejado de crecer ni cambiar, evolucionando en multitud de estilos diferentes. ¿Has tenido alguna vez la sensación de que la escena techno estuviese bloqueada o entrando en declive?
Sin duda, ha habido buenos y malos tiempos. A mediados de la década de los 2000 vi el movimiento ciertamente estancado. Antes de ese punto había la energía de sus primeras expansiones, nuevas escenas, nuevos sonidos y una sensación de no encontrar límites. Creo que ese estancamiento vino en parte por el modo en que se accedía a la música y también por cómo se producía. Se alcanzaron los límites y el impulso se perdió… hubo una desorientación y se entró en un bucle. Ahora llegan nuevas oleadas de energía y sensaciones de renovación orgánicas, desde dentro; parece que la confianza y la originalidad vuelven a lo grande a la escena techno.
En los últimos cuatro o cinco años el mundo de la música electrónica ha alcanzado una fama espectacular, especialmente con el EDM y los DJs estrella, que producen más pensando en la mera diversión y buscan entretenimiento, más allá de la calidad de su trabajo. ¿Qué piensas de este fenómeno? ¿Crees que ha afectado, de algún modo, a la parte de la escena que podríamos denominar ‘menos comercial?
Esto respalda la visión idealista del techno que busca superar límites técnicos y encontrar nuevas formas de hacer música electrónica. Puntualmente estas nuevas formas que genera el techno se destilan y llegan al mainstream. Y el mainstream siempre busca el máximo común denominador; sus objetivos son diferentes, es como comparar el punk con el rock de los estadios. El hecho de que la música, en general, se haya ‘convertido’ en más electrónica es inevitable por nuestro propio modo de vivir.; del mismo modo que el swing, el rock, el punk y muchos otros ‘nuevos’ géneros musicales emergieron al mainstream en las siguientes décadas tras su aparición.
Berghain puede ser, por ejemplo, un lugar alejado del espectáculo relacionado con las marcas y la música MTV, ¿qué sientes cuándo pinchas ahí o en clubes que respetan la expresión austera y sin ornamentos de la cultura de club?
Es genial, sin duda, estar en un lugar prácticamente sin publicidad, marketing, sponsors cutres, presión comercial, etcétera. De ahí que no sea especialmente fan de los grandes festivales. Hay muy pocas cosas que puedan superar una sala oscura con una pila de altavoces, luces estroboscópicas y una máquina de humo. Pero eso depende de si tu intención es indagar dentro de ti más que dejarte bombardear desde el exterior…la gente tiene formas muy diferentes de alterar su status quo.
Algunos Djs afirman que es muy estimulante pinchar en países donde la música electrónica todavía no se ha desarrollado del todo, o donde es más difícil que el público encuentre clubes en los que escuchar techno. Ocurrió en España hace unos veinte años, quizás con cinco años de retraso o más que su éxito en Alemania o Inglaterra. ¿Has tenido ese tipo de experiencia?
No realmente. Siempre hay un movimiento cultural underground en algún lugar y la música electrónica es una manifestación de ello. Por supuesto que he estado en lugares donde es más underground con la escena menos desarrollada, y es cierto que el sentimiento es muy positivo, pero también puedes encontrar esta sensación fascinante en lugares más ‘avanzados’.
¿En qué proyectos y trabajos personales estás metido ahora mismo? ¿Sueles simultanear la producción con las giras o prefieres dedicarte íntegramente a cada uno en diferentes períodos de tiempo?
Desde siempre he compaginado los conciertos, producir música y el resto de mi vida. Creo que es importante aprovechar la inspiración y la atmósfera de los clubes para producir música y no que ambas facetas queden separadas. He tenido un hijo en marzo de este año, ¡y ha sido entrar en una dimensión también muy interesante! Sin duda, ¡hay nuevos proyectos en camino para el próximo 2014!
Entrevista publicada originalmente en Vicious Magazine (Diciembre 2013)