Este 6 de septiembre Hektor Legion lanza imponente release en el sello australiano Gynoid Audio, curtiendo una intensa trayectoria que arranca apenas en 2019 y que cuenta ya con una buena lista de lanzamientos.
El release se llama The Melancholic Cavern Creed, con remixes de Mari Matthan y Steve Parker. Estrenamos el track Lo Nuestro y escribo unas líneas acerca de lo que es tuyo, mío, de todos o quizás de nadie: a saber, el techno.
Por la solidez y altura de sus releases, parece que Hektor Legion lleve en la escena techno una década, pero en realidad el artista español comenzó a lanzar música en 2019. Por el ritmo que lleva, con varios releases en Illegal Alien Records, Sleaze Records o UTCH, también podríamos decir que parece que tenga una legión de ghost producers pero, bromas de mal gusto a parte, Hektor Legion sigue avanzando a pasos agigantados en su trayectoria por méritos propios.
Si en 2020 Hektor Legion lanzaba en el prestigioso sello australiano Gynoid Audio (que, si no voy errado, lo fundó hace ya bastantes años el artista conocido como Advanced Human) un EP conjunto con Mari Mattham, este septiembre de 2021, el artista alicantino regresa con un solo EP potentísimo, con remixes de Mari Mattham y Steve Parker. Epic win.
Eran tiempos pandémicos bastante peores que los actuales, y en aquel momento Hektor Legion nos alegró parte del confinamiento —esos lunes de mierda— con el track Blue Monday, que tuvimos la suerte de estrenar aquí. Ahora, con vistas al nuevo release que llega en Gynoid en los próximos días, The Melancholic Cavern Creed, compartiremos una reflexión (tampoco muy profunda, pero sí esperemos que certera) acerca de esta clásica expresión con la que solemos referirnos a aquello con lo que nos identificamos: lo nuestro.
Recuerdo comentar entre risas la solera con la que en Radio TeleTaxi reivindicaban el slogan: lo nuestro. En plan, este es nuestro rollo y nos encanta. Lo dicen a menudo en los jingles también, y claro que sí, ventanilla del taxi bajada, codo en la ventanilla del coche, y a circular.
Sin embargo, esto de lo nuestro, por su obvia exclusividad (la reivindicación explícita de un nuestro implica un vuestro, un vosotros ajeno que no está en la misma sintonía y, por ende, nos da igual), también tiene cierto toque carca, viejuno, conservador, que de hecho enlazo con la llamada Caverna (ese rollo que huele a podrido, a machirulos exacerbados por la Patria y la deriva política de barra de bar), cuyo credo es cada vez más melancólico (y agrio, añado), parafraseando el título del release: The Melancholic Cavern Creed.
Hektor Legion — Lo Nuestro
Bueno, ¿y qué tiene que ver precisamente el techno con todo esto? Pues que, según cómo lo miremos, incluso esta caverna rancia, bajo un buen bombo y un poco de flow, sonreiría por primera vez en años, bajaría su guardia, movería su oxidado cuerpo y levantaría los brazos, a darlo todo. Como en un sus partidos habituales de La Roja, pero esta vez en algo mucho más interesante que ver cómo se ejercitan un grupo de millonarios entrenados para ganar todo el rato.
El techno, you know, no va de ganar, ni de pasta, ni ranciedades, si algo tiene es que es tan inclusivo como atronador, con el mismo vibe que el presentador de Radio TeleTaxi pero en clave de beats, rayos y truenos.
Eso, diría yo, es lo más parecido a lo que siento como lo nuestro, a lo que, al escuchar un track tan enérgico, vigoroso y electrizante como el que aquí compartimos de Hektor Legion, siento que me despierta genuino sentido.
Con deseos incontenibles de que abran los clubes de una vez, para recuperar lo nuestro como toca, Hektor Legion dispara nuestros niveles de adrenalina: estés en una caverna perdida y melancólica (o metafórica) o leyendo esto en el metro en dirección al curro (por decir algo, que no deseo especialmente), en realidad sabrás que el techno, como el aire, no es de nadie: quizás por eso sigue siendo, a día de hoy, tan contagioso.