Prolífica y polifacética, la artista Grand River comparte en exclusiva su set ambient para la fiesta Paral·lel Festival.
Aimée Portioli representa como Grand River la exploración del sonido en su vertiente más humana y creativa. Y esto, que puede sonar trivial o trillado, deja de serlo tras intercambiar con ella unas preguntas con el fin de acompañar su pieza que aquí puedes escuchar en exclusiva:
Si ya le has dado al play estás listo para conocerla también a nivel vital e inspiracional a través de esta feature basada en sus propias palabras. Como verás, la música ha formado parte de toda su vida y ha atravesado varias etapas y facetas. Empecemos por los inicios hasta llegar a su situación actual
«Tenía seis años cuando toqué mis primeras notas en un teclado pequeño y canté en el coro de la iglesia de mi pueblo. Luego he pasado por diferentes periodos, sin duda, y por una gran variedad de géneros que he escuchado y que sigo escuchando. Mirando atrás, cada vez que me dedicaba a un nuevo instrumento me metía de lleno en el género musical en el que más se tocaba y lo estudiaba con detenimiento.
Cuando empecé a tocar la guitarra acústica tenía 11 años y en aquel momento estaba muy metida en la música folk. Entonces empecé con el piano también y viré hacia la música clásica y un poco más tarde hacia el rock alternativo. En aquel entonces tocaba en bandas y hacía de cantante y guitarrista.
Al encontrar trabajo en una radio nacional italiana empecé a entrar en el diseño de sonido. Ese fue un momento importante para mí porque aprendí mucho durante esos años. Después de eso fundé TapTempo Studio con un amigo en Milán. Hacíamos trabajos para películas, anuncios de televisión y también con instituciones culturales. Eso me dio una plataforma donde podía experimentar y mejorar el lado técnico de la producción de sonidos. Cada vez que creo una composición para un cliente o un proyecto que no es mío aprendo algo nuevo. También disfruté mucho trabajando por un proyecto grande de restauración para el Jewish Museum Sound Archive. Sentí como algo importante que todos esos diálogos se en cintas se hubiesen perdido si no los hubiésemos digitalizado y restaurado»
En cuanto a la inspiración que recorre su música, lo que impera es su día a día como persona y artista y su sensibilidad hacia cómo la música puede ser un motor para expresar otras cosas de la vida:
«Los momentos de la vida diaria y todo aquello que ocurre y me rodea tiene un impacto la música que hago. Puede ser un paseo por la calle, una charla con un desconocido, una exposición, una película, una noche fuera con amigos o incluso una discusión con alguien querido. Cada experiencia es una situación que me influencia como persona y se convierte en una parte de mí que se transfiere a la música que compongo.
La música siempre me ha ofrecido un espacio en el que podía comunicar libremente un pensamiento, un sentimiento y compartirlo con una audiencia que podía transformar la idea original en una pieza con su propio sentido, de acuerdo con sus interpretaciones. Me gusta mucho la idea de la transmutación de los sentimientos y estados emocionales que siento durante la composición y que pueden convertirse en algo que puede ser comprendido por los otros sentidos.
Componer es un proceso sanador para mí misma, me mantiene arraigada y conectada con el presente. Cuando estoy con algo nuevo que me gusta siento emotiva y entusiasmada.»
Si te preguntas por cómo arma sus live, verás que no es una respuesta estándar… Como no lo es ninguna de las respuestas que has leído, ¿cierto?
«Depende de las composiciones que quiero hacer en la actuación y del nivel de improvisación que me permito buscar. Para el último A/V live show utilicé una Yamaha Reface CP, una Juno JP-08, un sampler, una flauta travesera acústica, dos pedales que use como aux en el live mixer, y el portátil. El mixer se usó como instrumento también en este set up.»