Entrevista NESS (The Gods Planet)

Psicodelia Divina en el Planeta del Techno.

Ness (Andrea Deplano) celebró hace pocos meses el lanzamiento de su álbum Flesh Of The Gods (Navigare Audio), situándolo de nuevo en el plano de los mayores creadores de techno (ahora llamado techno hipnótico, pero como explica él mismo en la entrevista, no se llamaba así en un comienzo). El artista italiano, uno de los más celebrados y respetados del panorama internacional, cuya trayectoria supera la década, trabajó en el proyecto durante la complicada pandemia (complicada para él, complicada para todos), imprimiendo en cada track un destilado que oscila entre, como él mismo bien resume, la desesperación y la esperanza.

En la conversación que mantuvimos en directo con Ness, hablamos de Flesh Of The Gods, de sus eventos en Bulgaria, de los nuevos elementos psicodélicos que incorpora en su música, así como de su nuevo aka, que le ha permitido seguir creciendo como artista y explorar nuevos terrenos con la misma libertad de siempre, la que le caracteriza más allá del nombre con el que Andrea Deplano decida firmar.

Vanity Dust: Actualmente vives en Bulgaria, ¿desde cuándo llevas en el país y en qué zona estás viviendo actualmente?

NESS: Llevo ya bastante tiempo viviendo aquí, desde 2012, cuando conocí a mi pareja actual, con la que llevo 10 años. Hicimos un paréntesis de tres años durante el que vivimos en Barcelona.

En Bulgaria siempre habíamos vivido en el centro de Sofía, la capital, pero en julio de 2021 encontramos un sitio en las afueras, más hacia la montaña y decidimos mudarnos. Aquí construí mi estudio y decidí seguir la dirección de vivir más pausadamente.

Para ralentizar un poco el ritmo, ¿no?

Sí, es más tranquilo. De este modo uno compensa la velocidad de este mundo.

¿En toda esta década en la que has estado viviendo en Bulgaria, salvo el tiempo que pasaste en Barcelona, has conectado con la escena local del país? ¿Has desarrollado algún proyecto en particular?

Sí. También durante todo este tiempo he podido ver de cerca la evolución de la escena en Sofía y en el país. Desde que vine aquí he podido conectar con la gente, con clubes y con DJs locales de la ciudad. Durante los primeros años, lo cierto es que la escena electrónica no estaba tan activa como esperaba. Sin embargo, ahora mismo y desde hace 4 o 5 años, nuevas olas de jóvenes han ido entrando en ella: hacen eventos de techno, house, trance, drum&bass …incluso he intentado contribuir con mis propias energías en la la escena local, lanzando una primera serie de eventos.

Hice un par de eventos llamados Transference e invité a algunos artistas cercanos como Feral, Primal Code o Alan Backdrop, nombres que están en la misma agencia que yo.

Ahora mismo estoy en un grupo con otros tres DJs en un proyecto que se llama Skitnik, que en búlgaro significa algo así como vagabundo, en el sentido de alguien explorador y viajero, sin ataduras.

Me recuerda al libro Los vagabundos del Dharma de Jack Kerouac, en contacto con la naturaleza y un poco con la idea de tratar de escapar de todo, ¿no?

Sí, justo. Debo decir que estoy intentando contribuir con frecuencia y va bastante bien, de hecho está evolucionando y expandiéndose todos los fines de semana así que está genial ver cómo eso ocurre.

Quizás sea una opinión personal, pero me parece que en los últimos dos o tres años se ha expandido una ola de techno más agresivo e incluso más acelerado, que honestamente no es muy de mi interés. ¿Cuál es tu opinión al respecto?

Creo que lo que dices es correcto. Desde antes de la pandemia, ha habido una cierta tendencia al sonido llamado rave, que tampoco es mi estilo. A su vez, intento entenderlo.

Diría que el estilo rave actual representa una nueva generación de gente que creo que están fijándose en los años noventa, que es donde todo empezó, y creo que están intentando traerlo de vuelta como en una nueva ola.

En este sentido, creo que hay dos tendencias paralelas en cuanto al incremento de bpm. Porque también hay un lado trance, en el que sí estoy más interesado, cuyos artistas e impulsores que están haciendo evolucionarlo sin pasar por el hardcore, que sería la otra tendencia en este terreno. De hecho, he descubierto recientemente sellos interesantes que avanzan en esta línea, en concreto dos. Estos sellos no solo me han inspirado creativamente, sino que también me han dado la idea de crear un nuevo aka diferente de Ness. Uno de ellos es Ute.Rec (Noruega) y el otro Space Trax (Alemania).

En ambos sellos están revisitando los éxitos de los 90 pero actualizándolos, es algo que realmente me gusta. Aunque no es estrictamente mi estilo como Ness, conecto con ello porque realmente es con lo que empecé. Ellos me motivaron para crear este nuevo proyecto, un aka llamado L-3P (pronunciado como eltrip). Con L-3P puedo pensar más allá de lo que he estado haciendo en los últimos años. No quiero mezclar todo lo que hago ni quiero forzarme como Ness a superar ciertos bpm, por ejemplo,  de ahí que con este nuevo proyecto puedo explorar este tipo de sonido, no necesariamente ravey, lo veo más por el lado psicodélico, como un concepto, una cierta vibe, sin pensar en géneros concretos. Necesitamos las etiquetas para ciertas cosas, pero muchos géneros pueden ser deep e hipnóticos al mismo tiempo, cada uno a su manera.

¿Como el L-3P tienes algún material ya publicado?

Sí, en realidad sí. Tengo dos tracks en digital que han salido en dos compilaciones (VA) y otro más en CD (lanzado en Ute.Rec, UTECD003). También tengo un EP completo preparado para salir en Space Trax, en vinilo y digital. El EP (SPT007) consta de tres tracks y un remix de Marilao, un artista muy bueno que aporta una interpretación completamente diferente a uno de los temas, más tipo breaks.

Con la larga y prolífica trayectoria que tienes con tu aka Ness imagino que, de cara a abrir nuevos caminos para satisfacer tus inquietudes creativas, necesitabas ese “otro” aka para continuar explorando sin limitaciones. Tu sonido es uno de los más respetados y admirados en la escena del techno hipnótico, e imagino que ser tan reconocido por el sonido propio es, además de algo muy difícil de lograr, un posible handicap si se quiere entrar en otros terrenos musicales.

En este sentido, como Ness, me gustaría preguntarte por cómo valoras, si ello es posible, tu propia trayectoria, que te ha llevado a presentar tus trabajos y sets alrededor del mundo y en sitios muy dispares.

Empecé a hacer tours internacionalmente de manera continua hasta la pandemia. En 2012 más o menos, después de mi visita a Asia, fue cuando comencé a encontrar mi sonido, el momento que podría considerar mi despegue, y encontré la vía correcta para el futuro según mi propio punto de vista. Fue cuando hice el EP Diagnostic Federation (Prologue Music, 2011) y empecé a profundizar en este, digamos, espectro del llamado deep techno, ese sonido que luego se llamaría techno hipnótico. El proceso lo viví como algo natural, no fue premeditado, fue sencillamente mi forma de interpretar y adentrarme en este tipo de sonido, de hecho en mi mente le llamaba solo techno, quizás techno consciente, pero los nombres hipnótico o deep llegarían algo más tarde.

Durante los últimos años he ido adentrándome en el lado más psicodélico, sin perder la estructura del techno, sus raíces, para entendernos. También he intentado introducir otros elementos que pueden ser más house, dub o trance según el momento. En definitiva, es importante encontrar cierto tono determinado, una "vibración" concreta. A lo largo de mi trayectoria, creo que he logrado hacer varios avances importantes y mantener la honestidad conmigo mismo, de los que estoy muy contento: nunca he tenido que desprenderme de mis principios a la hora de hacer música.

Después de Prologue, ¿Cuál es el siguiente paso que encuentras relevante en este sentido?

En 2016 fui a mi primer festival de música psicodélica, el O.Z.O.R.A. Festival. La experiencia me marcó y fue realmente profunda; pude apreciar la música desde el lado trance, porque suelo ver siempre el lado techno, de ahí nació Trancemigration LP.

Si dividimos la trayectoria en tres partes, marcada cada una por un lanzamiento, al tercera sería Flesh Of The Gods, mi último álbum, que está dividido en tres partes y ha sido hecho en un periodo muy difícil, el peor de los últimos diez años, es decir, en tiempos pandémicos, por lo que la energía que transmite se encuentra entre la desesperación y la esperanza.

¿Cómo está siendo el feedback de Flesh Of The Gods por ahora?. En este sentido, cada vez aparecen menos LPs y más singles o EPs, porque labrar un discurso en tiempos efímeros que sea largo, sólido y consistente resulta mucho más complejo. Por otro lado, ¿Qué me dirías de los títulos de los tracks, son importantes en tu imaginario?

En cuanto al feedback, la verdad es que estoy muy satisfecho y, respecto a los títulos, es curioso porque, para generarlos, usé el mismo concepto que para el LP Trancemigration. Primero escribí los títulos y de una forma u otra llegué al concepto que desarrolla la historia que cada uno puede interpretar. Después, a medida que hacía la música, iba asignando a cada pieza uno de los títulos.

Es la primera vez que escucho a un artista decir que escribió los títulos antes que las canciones, ¡y no lo digo por decir!

Ha funcionado bastante bien y ha sido agradecido de hacer, entre otros motivos porque durante el proceso de creación del álbum no se escuchaba el resultado final.

Quiero decir que la elaboración completa de Flesh Of The Gods fue un proceso junto a los dueños del sello, donde intercambiamos opiniones e ideas, ayudándome así a mejorar los tracks. Si hubiésemos utilizado solo mi visión el resultado hubiera sido distinto.

Es la primera vez que trabajo la música en un doble sentido, de ida y vuelta, recibiendo valoraciones que me permiten hacer modificaciones o repensar los tracks. Ha sido muy gratificante, y para nada me tomé sus críticas o sugerencias negativamente ni como algo personal.

Es un tema interesante: cómo se afronta el trabajo con el editor y cómo se gestionan los feedback recibidos por su parte. Por ejemplo, pienso en la industria editorial, en la que es usual que el editor lea el manuscrito y haga modificaciones o sugerencias al autor para que reescriba ciertas partes o cierto estilo. En el mundo literario, de hecho existe incluso la figura de la corrección de estilo, que sería algo así como la masterización de un track pero más invasivo todavía. Hace años, al ir haciendo una conexión entre el mundo editorial y el de la música electrónica, pensaba que en la industria se funcionaría de manera similar, pero me he dado cuenta de que en general no es así. Los artistas plantean en muchas ocasiones su track como cerrado y si se les critica, aunque sea con consejos para mejorar el track, se lo toman de manera personal y pueden cerrarse en banda fácilmente.

Sí, es raro, la verdad. Para serte honesto, si esto me hubiese sucedido siendo más joven no sé si habría confiado tanto en su criterio. Habría dicho algo más del estilo “esto es así y no vas a cambiarlo”.

Sin embargo, me he dado cuenta de que en cuanto a la música que hago, está bien pedir opinión. En ocasiones es evidente que estoy seguro de lo que he hecho, pero en Flesh Of The Gods tenía más dudas, y por lo tanto estaba totalmente abierto a las críticas.

Esta manera de trabajar me resulta, en el caso de que haya dudas y las opiniones al respecto sean adecuadas, muy estimulante. Por eso te quería preguntar si en The Gods Planet, el sello que gestionas únicamente tú actualmente, también sigues esta manera de trabajar, o si piensas incorporarla.

Sí, desde que llevo yo solo The Gods Planet estoy abierto a nuevas caras, porque antes estaba más centrado en artistas cercanos a mí. Ahora intento abrirme porque recibo muchas demos de artistas de muy diversas trayectorias.

Para mí, a nivel personal, también me resulta bueno mantener un proceso de diálogo con los artistas que me envían material para ser editado en The Gods Planet.

En ocasiones lo que recibo me convence por completo, pero en otros casos creo que es mejor compartir la opinión y ver qué se puede ir ajustando para que tanto el artista como yo estemos seguros del resultado.

VD: Regresando al tema de las ciudades en las que has vivido, me da mucha curiosidad saber cómo fueron esos tres años que pasaste en Barcelona.

Barcelona ha estado presente una gran parte de mi vida y la siento un poco como mi segunda casa. Pasé tres años increíbles en la ciudad y, entre otros artistas, coincidí con Deepbass. Echo de menos la ciudad y sin duda espero poder volver pronto.

De hecho, tienes también tracks inspirados en Catalunya.

¡Es cierto!

En cuanto a Deepbass, creo que él también se ha ido de la ciudad.

Sí, creo que regresó a Glasgow durante la pandemia. A mí me pasó lo mismo, quise volver a casa para estar cerca de la familia: han sido tiempos difíciles para todos.

Este verano va a ser el primero “después” de la pandemia, ¿qué planes tienes? ¿vacaciones?¿pinchar?

No tengo demasiadas actuaciones, pero sí que ya he cerrado alguna cosa, como ir a Japón durante dos semanas, otro festival en Bulgaria y también actúo en Berlín. Estoy muy agradecido por estas fechas concretas.

Creo que no eres un artista al que le guste tener demasiadas actuaciones… las eliges cuidadosamente y donde te guste, ¿no?

"I go with the flow". Es decir, no quiero tener diez actuaciones al mes, estoy contento con dos o tres. En algún momento puedo tener más, ello depende de muchas circunstancias.

Lo que tengo claro que no quiero tener diez actuaciones al mes de manera sistemática.

VD: Tú que has vivido en Barcelona serás especialmente consciente del nexo entre nuestra zona mediterránea y América Latina, tanto linguísticamente como culturalmente. Eso es extensible a la música electrónica: ¿Cuál es tu experiencia con el continente?

He estado varias veces en América Latina y me ha impresionado mucho el entusiasmo de la gente. He estado en Colombia, también en Argentina. Una de mis últimas experiencias fue especialmente intensa, en un festival llamado Tribal Gathering, en Panamá. El festival coincidió con el inicio del confinamiento y ello creó un clima muy especial, por decirlo de algún modo. Fue todo muy complejo, incluso entró el ejército para terminar con el evento! Hay una noticia muy completa en la BBC y Vice hizo un reportaje sobre lo que ocurrió durante esas fechas. En mi caso, por suerte, cuando las autoridades empezaron a recomendar abandonar el festival, salí lo antes posible.

Aunque puedo decir que conozco un poco América Latina, tampoco he estado en todos los lugares en los que me gustaría poder viajar y actuar y me queda mucho por recorrer: por ejemplo, no he estado en México y tampoco en Brasil. En este sentido, la mayor parte de viajes los he hecho en Europa y Asia.

Ya que mencionabas tu próximo viaje a Japón, cuando entrevisté hace ya varios años a Thomas Fehlmann de The Orb, me comentó que era el país donde les recibían mejor, que pese a la distancia (física) o las diferencias culturales, su música era especialmente comprendida ahí. De esto se deriva, según creo, que en Japón existe cierta sensibilidad especial hacia algunos tipos de música electrónica.

Sí, ellos son muy buenos oyentes. En otras palabras, cuando actúo ahí no siento la necesidad de hacerles bailar, puedo ser mucho más atmosférico y no hay por qué usar el compás 4/4, por ejemplo. Esta posibilidad también me hace sentir muy cómodo.

Regresando a Bulgaria, me gustaría preguntarte por los eventos que estás organizando, Skiptnik, de los que hablábamos al comienzo. ¿Estás planeando mover el concepto en otras zonas del país o, incluso, llevarlo a otros lugares?

Creo que aún es pronto para pensar en proyectarlo fuera del país. Por ahora hemos hecho cuatro eventos y, por lo pronto, la prioridad es centrarnos en la escena local. En un futuro sería posible, no veo por qué no.

Para terminar, viendo que los títulos de los tracks son especialmente relevantes para ti, hasta tal punto que primero los escribes y luego llega la música, ¿te inspiras u obtienes ideas para generarlos en el ámbito de la literatura, el cine u otras disciplinas artísticas?

Mi inspiración para hacer Flesh Of The Gods provino de tres autores y títulos: Paul Stamets y su Fantastic Fungi,  Brian C. Muraresku con su The Immortality Key (habla sobre la influencia de los brebajes psicodélicos en los tiempos antiguos), y finalmente la obra Los desposeídos de Ursula K. Le Guin.

En cuanto al cine, me encanta una extraña combinación de géneros, por un lado la ciencia ficción y, por otro, las películas sobre la Mafia. En cuanto a series clásicas, pienso en Los Soprano y, respecto al cine clásico, me viene a la mente Pasolini.