Apenas una hora antes de su recital electrónico en una de las fiestas Mobilee Rooftop en Barcelona, me siento con Matthias Meyer y su tour manager, Abbey Smith, en la terraza a pie de calle del mismo hotel. Todavía no estamos en los cielos barceloneses ni con los Funktion One a todo volumen, sino que estamos relajados, serenos y preparados para tener una conversación con este genial artista que lleva más de diez años en la escena y dos años viviendo en Berlín. Nuestra conversación girará en torno a distintos lugares del planeta (Marruecos, Berlín y América), el trabajo del dj y la necesidad de profesionalizarse…y, cómo no, también de la inspiración para producir enormes tracks como su último lanzamiento junto a Ryan Davis, Love Letters From Sicily.
Matthias Meyer lleva pocas horas en la ciudad porque el día anterior estaba pinchando para un crowd muy loco de un millar de personas en Marruecos, ahí es nada. Sus pocas horas de sueño le dejan, no obstante, rememorar su experiencia en el país: «fue impresionante. Siempre cambian de ubicación las fiestas y he pinchado en Marruecos ya seis o siete veces. Creo que la primera vez fue en 2012. Dos años atrás fue una fiesta en un barco, otra vez en Casablanca, también en el desierto del Sahara. No había nada, ¡solo las dunas!»
Por su música, entre el house exquisito y un punto más deep y techno, pasamos a hablar de cómo ve su sonido en función de los ambientes en los que pincha, y Meyer rememora también sus comienzos, valorando el hallazgo de su sonido: «quizás en los espacios más grandes voy un poco más hacia el techno, con más reverbs y loops. Pero la gente viene buscando escuchar mi música, por eso a veces es complicado cambiarla. Cuando empecé haciendo música pinchaba demasiado random y luego me pasé al house y tech-house, aunque al inicio la gente quedó un poco decepcionada. Eso fue por allá 2006 y 2007, que es cuando empecé a producir y lancé varios tracks. Luego hice un break de un año y regresé ya con mi propio sonido y el tipo de música que me definía como dj. La gente de Marruecos me trajo por mi música y eso es lo que quería poner. El set lo empecé con más techno y luego bajé un poco el ritmo, para pasar luego a algo más deep cuando se hacía tarde».
Le pregunto, acto seguido, por los espacios electrónicos: «creo que mi música funciona especialmente bien en los open-air. A veces, cuando es demasiado grande, es mejor pinchar un poco más de techno o tech-house. Con 5000 personas no es tan fácil pinchar house. Con mi música, me gusta pinchar más deep y temas melódicos increíbles».
Sus tracks increíbles, como su mítico Tout Va Bien, me llevan a preguntarle por su estudio y su vida en Berlín. Esa ciudad inasible que sigue absorbiendo djs y djs wanna be de todo el mundo. Sin embargo, Matthias Meyer está mucho más arraigado que eso, y su tejido social y creativo alcanza prácticamente toda la escena de la ciudad. Al hablar de rutinas creativas, su honestidad y sentido del humor entran en escena: «¡tener el estudio cerca del club Watergate también es peligroso! Te dices que vas a Watergate a saludar y a tomar una cerveza y luego se te hacen las cinco de la mañana y tienes resaca al día siguiente. ¡Y así te quedas otro día sin estudio!»
Su forma de crear se acerca más a lo espontáneo y a la belleza de captar una buena idea que no al metodismo de pasarte horas en el estudio. Matthias Meyer me parece alguien a quien le gusta crear no por obligación, sino por pura curiosidad y juego:
Hablamos también de su posible cambio de estudio, me dice que en Kater Blau hay una decena de estudios que habitan grandes nombres como Oliver Koletzki y Marco Resmann, y que quizás compartirá el estudio con alguien. Siento de nuevo esa tremenda envidia por la vida berlinesa… Matthias Meyer encarna esta idea de dj humilde y honesto, que cree en su trabajo y para el que, a pesar de que muchos caigan en el desánimo o el pesimismo, el futuro son todo posibilidades y nuevas opciones. Al visitar su futuro, se siente literalmente entusiasmado, y eso da gusto, la verdad: «la gente con la que estoy trabajando me está ayudando mucho a establecer mi sonido y a desarrollar nuevas ideas, una marca. Estoy en constante encuentro con gente para establecer nuevos proyectos. Hay muchos managers que solo piensan en hacerte grande por dinero, dure lo que dure, pero la gente con la que trabajo se toman en serio mi carrera y mi sonido».
De este futuro prometedor pasamos de nuevo a los viajes, a lo que llamaríamos algo así como “la conquista del house europeo en Estados Unidos”. Su entusiasmo es, de nuevo, encomiable: «América es ahora un sitio genial para mí música, existe la inspiración de Burning Man y se está extendiendo mucho el sonido. Ahora tengo una agencia de booking con más de diez o quince fechas, es una pasada, porque antes tenía apenas dos o tres. Es realmente importante tener una agencia, porque pueden buscarte giras cercanas, por ejemplo. Eso te da más tiempo y te facilita la vida, porque anteriormente quizás tenías un evento en Europa y otro en América en un par de días y era mucho más duro. Todo se ha profesionalizado mucho, en comparación a cuando empecé».
Esta profesionalización también tiene su lado oscuro y Matthias Meyer se refiere a ello como el “name dropping” en los eventos: «antes un dj pinchaba horas y horas y en cambio ahora los promotores quieren muchos nombres y que cada uno pinche una hora y media. Se parece más al name dropping y tiene que ver con el business, como la presión que hay en las redes sociales… He escuchado a veces que los promotores contratan más por seguidores que por la música. Eso no es algo muy bueno, que digamos».
Entramos ahora en el lado cinemático de su música, cuando el beat deja paso a otro tipo de música y sonidos. ¿Será un nuevo reto que Matthias Meyer querrá afrontar en el futuro. Eso parece y uno de sus emblemáticos sets apunta en esa dirección. Su calma, en este sentido, es también segura, parece no tener prisa en caso de que haya un siguiente paso a dar: «este tipo de sets son más como paisajes sonoros y ello lleva mucho tiempo hacerlo. No son temas tan melódicos, sino atmosféricos. Quizás dedicarme más a ello sea el siguiente paso. Me encantó hacer ese mix especial, porque me motivó más que grabar un típico dj set. Tenía que crear una escena, digamos. Con el ambient y este estilo tienes que ser más creativo, más que para mezclar dos buenos tracks juntos.
Se acerca la hora de subir al Rooftop para ver pinchar a Matthias Meyer y cerramos aquí la conversación. Su set se alargó una hora más de lo previsto y aún así dejó al público con ganas de más. Al terminar, conversamos brevemente y me asombró su capacidad por manejar el set. Matthias Meyer puede asomarse a las garras del techno pero siempre tiene el freno de mano listo para virar hacia lo melódico, hacia la luz en los temas. Como dj sabe manejar las emociones como muy pocos y, según dicen a su alrededor, ¡casi pincha mejor cuando lleva pocas horas de sueño! Y eso, más allá de la anécdota, tiene mucho que ver con cómo te hacen sentir sus tracks: te despiertan, te elevan el espíritu y te abren las puertas a la sensibilidad. Hay beats más allá de la oscuridad del techno y suenen tal y como Matthias Meyer los imagina. Believe me.