Bushwacka | CultDust 003
Solo con mencionar Bushwacka ante aquellos que vivieron la bonanza housera del inicio de los dos mil, uno comprueba la ingente cantidad de emociones achispadas y bailes hedonistas que el legendario productor inglés provocó con sus producciones.
Al escuchar su nombre, reaparece una media sonrisa en los rostros de todos ellos, sus pupilas se dilatan y nace un ligero temblor en alguna de las dos manos. Con timidez, aunque nunca lo dicen en voz alta, se hacen una pregunta imposible: ¿cómo podría volver a vivir ahí, en aquellos años, aquellos fines de semana?. La respuesta es, sin ironías ni dobles sentidos, sí se puede. Este verano, Bushwacka está gozando de una residencia en Sankeys Ibiza y ahí sigue desplegando los sonidos que más le han hecho gozar (y que más nos han hecho gozar) desde que el dj es dj. Sin embargo, también han pasado los años para Bushwacka, y con ellos nuevas experiencias, formatos y evoluciones en las maneras de producir y de ver y entender sus creaciones. Y es de todo ello de lo que hemos venido a hablar, tanto de sus inicios como de sus actuales producciones con su alias Just Be.
En este CultDust estáis más que invitados a pasear por la historia de uno de los pocos artistas que sigue desde los comienzos y que, más allá de esos, ahora sigue al pié de Ibiza pero ha vivido tanto que viene de vuelta. Meet Bushwacka. READ & PLAY!
“And you, you , you can make the worlds collide”
Love Story (Layo & Bushwacka!)
Sorprende saber que te has mudado definitivamente a Ibiza, todo el año, en vez de pasar simplemente la temporada en la isla como la mayoría de djs. Además, este año, estás en plena residencia Sankeys, ¿podrías hablar acerca de cómo has planteado este año? Tengo entendido que se trata de volver a los orígenes.
Es algo genial volver a pinchar música electrónica antigua de forma más regular que no, por ejemplo, una sola vez al año. En Sankeys, el soundsystem es tremendo, tengo muchas ganas de ver qué tal suenan todos esos tracks con tan buen sonido. Además, pienso no solo en la gente que solía escuchar esos temas en sus años mozos, sino también en los chavales de ahora que tienen curiosidad acerca de cómo era realmente esa música en un club. Para mí, realmente, todo el período de los ochenta, incluyendo el hip-hop, el electro, house y el acid-house son mis raíces y todavía escucho mucha música de ese período y conozco a más gente que todavía sigue disfrutando escuchándola.
Entré en el mundo de la electrónica a principios de los dos mil, pero no sería años más tarde como, poco a poco, me daría cuenta de la importancia de los inicios, especialmente hacia finales, en la Inglaterra del Verano del Amor y las raves en el campo. En ese momento fue un movimiento más pequeño de lo que quizás puede parecer ahora, pero es realmente significativo y me parece que hay todo un culto de la gente que no lo vivió por entenderlo mejor y profundizar en ello.
Hace un par de noches hice un mix en vinilo en casa para la fiesta Dance 88. Bajé al estudio para revisar mi colección de discos y hacer la selección. ¡Fue tan divertido! La variedad de sonidos en aquella época era muchísima. A veces era acid y a veces Chicago, o podía ser más melódico o con más breaks. La música era muy vívida, y eso me hace disfrutar. Llevo mucho tiempo dedicándome a la música y esta mezcla tan diversa me resulta muy natural, por eso me apetece hacerlo de nuevo. Por supuesto que me gusta pinchar y escuchar la música actual, pero no destaca ni despunta como la de los inicios. Todo lo que está sonando ahora es una variación de algo que ya ha sonado anteriormente.
Como cualquier cosa que se desarrolla exponencialmente, es como si la electrónica se hubiese “especializado” y compartimentado en géneros, muchos de ellos considerados casi incompatibles. De todos modos, todavía quedan djs que mezclan muchos estilos diferentes, y suelen ser los que llevan mucho tiempo en la escena y provienen también de esos orígenes. Ahora es bastante frecuente que un dj se centre en el deep house o en el techno industrial y quede al margen de lo que ocurre en los otros campos. Ibiza puede ser un caso paradigmático de ello: cada noche o evento tiene su propio estilo, sonido y djs afines. Por un lado es lógico, pero por el otro quizás deja poco margen para la sorpresa.
Creo que, ahora más que nunca, todo se basa en la percepción que uno tiene de ello. Cuando hacía de residente en varios clubes de Londres, antes de la apertura de The End, podía parar tranquilamente la sesión de golpe y poner un track a 90 bpm, y luego reconstruirlo hasta pasados los 125 bpm en unos veinte minutos. Si lo hiciese ahora, el público me preguntaría, ¿se puede saber qué estás haciendo? Aunque, si lo hiciese Seth Troxler, no pasaría nada, porque es Seth Troxler, y a eso me refería con que se trata de la percepción. Hay muchos djs jóvenes que son igual de buenos que los grandes djs, pero ya no se trata solo de la música sino de todo un engranaje. La gente tiene acceso a cantidades inmensas de buena música y tiene mucho talento, pero tienes que preguntarte qué hace destacar a un tipo por encima de otro, y eso tiene que ver tanto con el marketing como con la personalidad, tu círculo de amistades, tu sello o los eventos en los que actúas. No es imposible, pero es muy raro que a día de hoy seas solo un tío cualquiera pinchando buena música.
«La gente tiene acceso a cantidades inmensas de buena música y tiene mucho talento, pero tienes que preguntarte qué hace destacar a un tipo por encima de otro, y eso tiene que ver tanto con el marketing como con la personalidad, tu círculo de amistades, tu sello o los eventos en los que actúas» Bushwacka
Una tema frecuente que sale en las entrevistas que hago es acerca de la necesidad de que cada dj “quiere encontrar su propio sonido”, es una manera de ganarse una identidad y todo el mundo pueda reconocerle directamente: promotores, managers o el propio público.
Creo que el cambio más fuerte se produjo alrededor de 2005, con la explosión del minimal. En aquel momento había muy buena música de otros géneros. Con Leyo estábamos grabando nuestro tercer álbum y lo estábamos desarrollando de manera muy versátil: teníamos un track que fusionaba el rock brasileño con la electrónica, otro que era una pieza de ambient, uno que remitía al dark reggae y otros más house. En nuestro primer y segundo álbum habíamos apostado también por la variedad y nos había ido bien, pero cuando salió este álbum en 2005 todo el mundo se fijó en los remixes y no en los temas. La cosa se convirtió en “quién es el cool ahora”, y el álbum se perdió con la llegada de la nueva generación de clubbers, porque esa mezcla de estilos les desconcertaba y querían algo que pudiesen identificar y reconocer más fácilmente. Para nosotros, a partir de ese momento, tanto el tech-house que pinchábamos como la música versátil que producíamos se convirtieron en algo mucho más difícil de lograr. La gente estaba cegada por la nueva etapa, y es lógico que las cosas cambien y haya subidas y bajadas.
¿Cómo reaccionaste cuando viste que estos cambios en la escena te estaban afectando de manera directa tanto en tu producción como a la hora de pinchar?
¡Producir mucha más música house! Me lancé hacia el lado más electrónico de mis producciones y he seguido por esta dirección. Ahora mismo, por ejemplo, estoy disfrutando mucho produciendo electronica ambient futurista, eso es lo que me mantiene metido en el estudio: música sin beats, solo existen estados anímicos. En otro orden de cosas, en cuanto a mis compras recientes, he estado comprando música bastante comercial. Voy a pinchar en la boda de unos amigos en Brasil y quieren house del clásico y material disco, así que he estado explorando iTunes y recomprando discos que ya tenía pero en digital. De hecho, me he dado cuenta de que casi toda la música que tengo se puede encontrar ahí inmediatamente, la música que he estado coleccionando toda mi vida. Estuve hablando con un colega mío que solía trabajar con Beatport y le pregunté algunas cosas acerca de cómo estaba el mercado. Me dijo que actualmente se lanzan entre 15.000 y 20.000 tracks a la semana. Aunque yo pueda tener mucha música y haya movido mi colección de vinilos a Ibiza, lo que guardo son 5.000 vinilos. Si hay cuatro canciones en cada disco, toda la colección de discos de mi vida se sube a Beatport en una semana, ¡es una locura!, ¿no?
Creo que nadie dentro de las primeras generaciones de djs, ya fuese en Inglaterra o en Alemania, podía imaginar que en apenas 30 años la electrónica se convertiría en algo tan, tan grande. Hasta cierto punto, supongo que imaginarlo incluso como “modo de vida” sería algo difícil de concebir. Lo he hablado con artistas como Ellen Allien y su recuerdo es que pasaron varios años antes de que se diese cuenta de que podía ser una realidad.
Hay muchas opiniones diferentes al respecto. La mitad de mi carrera profesional ha sido la de productor y dj, y nunca lo he llegado a considerar como un “trabajo” en el la definición convencional del término, porque me encantaba. Mucha gente se me acercaba comentando “¡trabajas muy duro!”, y yo no acababa de entender a qué se referían con eso. Eso sí, con el tiempo la situación se volvió más exigente y dura. Sé que se me da bien producir música y que he producido buenas canciones, pero tengo tendencia a comparar lo que estoy haciendo ahora con lo que hacía tiempo atrás y con lo que creo que “debería” estar haciendo ahora en vez de limitarme a hacer música por el placer de hacerla. Y es en este punto cuando sí se ha convertido en un “trabajo”.
He pasado varios años escribiendo y produciendo música que quedaba se perdía en el universo digital en el mismo momento en el que la lanzaba. Era sacarla al mercado y ver cómo al instante quedaba relegada y perdida, sin tener tampoco un valor físico. Realmente no acaba de entender qué es lo que estaba ocurriendo. Me sumé a las Redes Sociales muy tarde para mantener el contacto con mis seguidores y fans. Con Leo solíamos reírnos bastante de Twitter, lo encontrábamos ridículo. Y no nos tomábamos Facebook y sus “likes” en serio. Creo que Leo no tuvo página de Facebook hasta el 2012, por ejemplo. Y con esto perdimos muchas oportunidades.
¿Fue a partir de ese momento que te diste cuenta de que realmente podía ser una herramienta útil?
Sí, uso mi página básicamente para temas relacionados con la música y mi perfil personal para charlar, compartir fotos o chistes. Ahora estoy bastante activo, especialmente en Facebook, aunque lo uso de manera convencional y no estoy intentando sobrepasar mis capacidades o meterme demasiado en ello. No uso Twitter y probé Snapchat pero no duré ni un minuto.
Si volvemos a hablar de lugares “físicos”, quería saber cuándo te mudaste a Ibiza de manera definitiva.
Hace unos tres años.
¿Y antes vivías en Londres?
Sí, ahí tenía mi estudio y mi casa, en West London. Cuando dejé de trabajar con Leo a tiempo completo cerré el estudio porque ya no necesitaba un espacio tan grande y luego decidí mudarme aquí y tener el estudio en casa. Mi hijo estaba terminando la Universidad y yo trabajaba por mi cuenta, no necesitaba estar en Londres. Me mudé con un amigo hace tres años para pasar el verano y luego me quedé en la casa que vivo ahora. Y aquí sigo, es un lugar genial para vivir. Como en cualquier lugar, tiene su parte buena y su parte negativa: por un lado encuentras esas cualidades “mágicas” pero, por el otro, a veces puede ser un poco frustrante. Es una cuestión cultural. Vivo cerca de la ciudad de Ibiza y al mismo tiempo estoy cerca de la playa y del aeropuerto. Es un muy buen lugar en el que estar.
También estás cerca de la naturaleza, supongo que este factor fue importante incorporarlo respecto a tu etapa anterior en Londres.
Este ha sido mi gran cambio, conectar con el entorno. Por eso suelo trabajar en el estudio por las tardes, así tengo todo el día para aprovecharlo y pasarlo fuera de casa, haciendo algo de montaña, caminatas, kayak, bicicleta, natación… Me siento conectado con la tierra, el sol, el mar… Es una parte muy importante de mi día a día. ¡No puedes hacer eso en Londres! Sí puedes, pero hay demasiada gente y tráfico y siempre lleve. Aquí todo va un poco más lento. Durante un tiempo no tuve claro si podría establecerme aquí, me costaba meterme en el trabajo, pero luego fui viendo que la creatividad viene por sí sola y tienes que aprovechar ese momento, no los puedes forzar por las buenas.
«Suelo trabajar en el estudio por las tardes, así tengo todo el día para aprovecharlo y pasarlo fuera de casa, haciendo algo de montaña, caminatas, kayak, bicicleta o natación» BUSHWACKA
En tu caso, digamos que un método fijo de “voy a sentarme y a hacer una buena canción” no funciona, sino que necesitas que los momentos vengan por sí solos. Es más inspiración que metodología.
Sí, exacto. Además, estoy leyendo mucho y estudiando algunas cosas aparte de la música, cosas que me interesan en este momento: temas científicos, espirituales y psicológicos. Son cosas que nunca había estudiado antes y que ahora me resultan estimulantes. Por otro lado, también estoy convirtiéndome en una persona mucho más “física”, en el sentido de que estoy más activo físicamente. Ya no paso tantas horas en el estudio como solía hacerlo en un pasado, y eso es un poco más sano. Una vez he arrancado en el estudio, avanzo muy rápidamente, pero como decía tengo que estar con la actitud y la mente adecuadas. Después de haberme pasado 25 años en el estudio ahora solo vuelvo a entrar si realmente me apetece.
¿Qué libros o autores de psicología y otras ciencias que mencionabas estás leyendo ahora?
Estoy recopilando información acerca de las terapias cognitivo-conductuales, leo algunos libros de Eckhart Tolle. El libro de Yogananda Autobiografía de un yogui también me está pareciendo muy interesante.
Los libros relacionados con el funcionamiento de la mente o el comportamiento humano que he leído son de autores como Paul Kahneman, Steven Pinker o Malcom Gladwell. En algunos puntos hablan, por ejemplo, de la relación entre bienestar físico y creatividad, y lo menciono por lo que antes decías acerca de que ahora tienes un estilo de vida con más actividad física y en cómo eso revierte en una mayor creatividad o concentración en el estudio. Hacen falta muchos otros factores para poder realizar una tarea creativa a muy alto nivel, pero quien tiene una relación con el cuerpo desarrollada y constante parte con ventaja. Aunque yo no sea la persona más indicada para decirlo ni sea tan sencillo de poner en práctica, está más que demostrado que por quedarte más horas trabajando seguidas o evitar la siesta poniéndote hasta las cejas de café no te hará trabajar más ni mejor.
Solo puedo hablar de mi propia experiencia, y soy algo complicado: soy muy creativo pero también soy un adicto. Ya no bebo ni tomo drogas, he pasado por rehabilitación y lo he dejado atrás para entrar en otra etapa vital.
Sin embargo, mi parte más creativa podía traerme problemas en el ámbito social y a la hora de organizarme, porque no siempre lograba enfocar mis energías hacia lo que quería y ello me llevaba a veces por una montaña rusa de turbulencias emocionales. Podía sentirme feliz, triste, enfadado, irritado y frustrado en un mismo día, y combinar las emociones con el lado creativo podía convertirse en toda una misión.
Al final del día, en vez de relajarme o salir a dar una vuelta con los amigos, seguía diciéndome “tengo que hacer esto” y “ahora esto otro” o”¿qué debería estar haciendo en vez de hacer esto o lo otro?”. Por eso, ahora intento regresar siempre al momento presente de manera natural, creo que la mayoría de desajustes provienen de alejarse de la idea de mantenerte en el “ahora”.
No obstante, debo añadir que, a pesar de todo lo dicho, ¡podría trabajar mucho más duro que ahora!
Acerca de los nuevos trabajos y géneros musicales que estás explorando y en los que estás produciendo, ¿te sientes satisfecho con los resultados?
Estoy aprendiendo muchísimo. También he comenzado a componer música para televisión y cine. Es un planteamiento totalmente diferente al que estoy acostumbrado, eleva el minimalismo a otro nivel. Puede ser muy complejo pero requiere simplicidad al mismo tiempo.
Recientemente, me he dado cuenta de la cantidad de gente que ha estado haciendo este trabajo desde finales de los cincuenta y, a nivel de ritmo, melodías y armonía, casi todo ha sido hecho previamente por gente muy buena. Estoy entrando en este mundo y disfruto mucho el proceso de aprendizaje aunque me queda muchísimo por hacer. Estoy totalmente seguro de que es el lugar en el que tengo que estar ahora y donde debo enfocar mis energías y mi creatividad. Percibo lo que es correcto de manera muy intuitiva y sé que es así.
Llevo seis meses en el estudio con este trabajo y creo que ahora empiezo a encontrar los primeros materiales interesantes. No estoy produciendo para algo en concreto, sino pensando en distintos “estados de ánimo”.
¿Crees que aplicar tus conocimientos en otro campo, más allá de los clubes o la pista, es lo que más te conviene para seguir manteniéndote con ganas de producir?
Me he dado cuenta de que los mejores temas de club los he hecho cuando he estado con las emociones a flor de piel o cuando mi estado de ánimo ha sido más acentuado. Ahora estoy reaprendiendo a crear la emoción en vez de plasmar lo que estoy sintiendo.Quiero seguir haciendo música house, que es lo que he hecho siempre, pero necesitaba meterme en otros campos, ¡esto es un gran experimento!
Hablando de las leyendas de Detroit, como Kerry Chandler, quería preguntarte acerca de cómo accediste a los distintos géneros de electrónica que iban llegando desde diversas partes. Por ejemplo, el techno de Detroit o el house de Chicago.
La mayoría de la música llegaba desde Estados Unidos y se iba expandiendo por Inglaterra. Cuando en Estados Unidos se enteraron de lo mucho que había cuajado en Europa su música, se quedaron alucinados. Yo todavía iba al colegio cuando esta música comenzó a llegar a las tiendas de discos. ¡Me gastaba todos los ahorros para conseguirla! Tendría unos quince años y hacía todo lo posible para estar al tanto de todo: qué música venía de Detroit, Nueva York, Chicago… O incluso el material alemán o italiano.
A lo largo de los años se han ido desarrollando todos los géneros y estilos: mezclas del dubstep, jungle, drum & bass. Ha sido muy interesante el haber vivido todo el proceso. Recuerdo que en los noventa llegaba un sonido muy interesante desde San Francisco, con djs como Garth y Jeno y algunos sellos. Creo que la escena inglesa fue muy fuerte con el tech-house, hacia finales mediados de los noventa. Ahí fue cuando los sellos ingleses fueron los más relevantes.
Antes hablabas del fuerte cambio que suposo para tu música y la escena la llegada del minimal, con la llegada de una nueva generación de djs y clubbers. Por otro lado, quizás también a mediados de los dos mil la visión más empresarial y la presión política en el mundo de la electrónica cambiaron también la forma de entenderla.
Sí, por supuesto. Pero no soy un cínico que cuelga en Facebook cosas del estilo “London ya no tiene nada que ver con lo que era antes”. Siempre me he visto a mí mismo desde dos perspectivas: el que pincha y el que está en la pista bailando. Si solo me viese desde el lado del dj, estaría mucho más entusiasmado que viéndome desde ambos lados. Es cierto que hay menos fiestas interesantes y menos libertades, pero ya no tengo veinte años. Si tuviese esa edad, posiblemente todo me parecería genial y lleno de oportunidades y lugares. Las generaciones, en este sentido, se repiten.
Mi hijo tiene veintiún años, produce y también pincha. Hablaba con él esta mañana y me contaba entusiasmado la fiesta a la que había ido y cómo luego había pinchado B2B con un dj de Berlín en un after. Está viviendo su sueño, y eso me parece bien. Es la elección de un modo de vida. Aunque ahora tengo mucho más los pies en la tierra, me sigue gustando que la gente salga, disfrute y pueda soltarse haciendo lo que más quiera escuchando buena música.
«Aunque ahora tengo mucho más los pies en la tierra, me sigue gustando que la gente salga, disfrute y pueda soltarse haciendo lo que más quiera escuchando buena música» Bushwacka
Quizás este modo más sereno que tienes ahora de ver las cosas tiene algo que ver con tu nuevo alias como dj: Just Be.
En realidad, ha sido un poco confuso este cambio: mucha gente busca Bushwacka en Resident Advisor y dice, ¡ Bushwacka no existe!. O no pueden etiquetarme en las fiestas y se quedan confusos. Al mismo tiempo, el cambio ha sido interesante para las nuevas generaciones porque me conocen directamente como Just Be. Tengo una anécdota interesante que recuerdo del verano pasado, con una dj austríaca con la que coincidí el año pasado en Pacha. Ella me preguntó cuál era mi nombre de dj y en ese momento le respondí Bushwacka. Luego, por algún motivo, salió el otro nombre de Just Be y respondió: ¡Ah, ¿Eres Just Be? ¿En serio? He sido Bushwacka durante veinte años y solo tres como Just Be. Me resulta muy extraño que me reconozcan por ese nombre. A pesar de este cambio, me siento muy contento y orgulloso con todo mi trabajo como Bushwacka. De hecho, en los próximos meses voy a relanzar mis antiguos sellos con los temas que hice en ese momento, reeditados, para que las nuevas generaciones puedan acceder a ellos. Hay muchos sellos ahí fuera y no quiero lanzar otro sello más, quiero que mi música esté ahí y que la gente pueda escucharla y encontrarla con facilidad.