Bernardo Hangar, productor y DJ andaluz altamente prolífico, sólido valor del Techno nacional con décadas de desarrollo a sus espaldas, lanza nuevo single en Dust Trax: Esplendor.
El sonido sinuoso e inquietante del nuevo Dust Trax y la maestría con que Bernardo Hangar estructura el desarrollo rítmico y melódico del track hacen de Esplendor una importantísima declaración de intenciones respecto al techno del pasado, al sonido del presente y al que se mantendrá en el futuro. Esplendor es, a su vez, la mejor carta de presentación posible de Dust Trax para abrir este nuevo 2023.
Cuando una civilización, proyecto o empresa parecen alcanzar su momento cumbre, su cota más alta de excelencia, su máxima influencia o su hito más escandalosamente lúcido y influyente, empieza, paradójicamente y en muchos casos, el imparable declive en el que jamás imaginarían poder llegar a entrar: Visto el esplendor, dando por sentado que para siempre jamás todo seguirá yendo estupendamente bien, la decadencia va filtrándose como el agua hace lo propio por un pequeño escape de la tubería. Primero una pequeña humedad en el techo, luego, goteras. Y si sigues mirando arriba, esperando a que eso acabe por sí solo, posiblemente te caiga el techo encima y, con ello, la casa entera.
Los Imperios, por lo general, así como todo aquello que requiere de estructuras complejas, miles y cientos de miles de individuos trabajando con un destino o supuesta voluntad común en post de un objetivo compartido, suelen vivir este tipo de ciclos. Al final, tarde o temprano, ya sea por exceso de confianza, por el cambio de las circunstancias exteriores que antaño aportaban estabilidad, o sencillamente por herejías fruto de la ambición de unos sobre otros, los esplendores dan paso a las decadencias, al 'quien te ha visto y quien te ve'.
El show político de la ultraderecha alrededor del mundo, todo este derroche de groserías, alevosía, prepotencia, celebración de la ignorancia, el desprecio a la ciencia y la celebración del machismo testosterónico o la connivencia con sus postulados, todo ello, no dejan de ser una última pataleta, histérica, histriónica y desesperada de aquellos que se resisten a vivir sin asumir que ya no solo no son los amos del mundo, sino que, en realidad, son el hazme reír de la oratoria, la argumentación y, en general, de cualquier arte aplicada a otras ramas del saber. La limitada y paupérrima manera en que hablan los políticos populistas de hoy, (aquello que 'creen' que comunican y la manera en que lo defienden), en relación a lo que hacía, decía o escribía un pensador, economista o teórico político precedente (véase Adam Smith, John M. Keynes, Marx, Rosa Luxembourg, Rousseau, Locke, Hume, suma y sigue) es sencillamente irrelevante en términos históricos, intelectuales, e incluso morales. A esto le llamamos decadencia, y la pena de un período decadente, en que estas gentes tienen más importancia de la que merecen y deberían, es el sufrimiento de muchos y muchas.
Del mismo modo, si siempre te ha gustado el techno con cierto discurso, con una visión y cierta estructura fundamentada, elaborada y en busca de un sentido o con una intención comunicacional, cuando te encuentras ciertos derroches de zapatilla y atún con pan por doquier, vocales gratuitamente incorporadas o bomobos sucios que dicen 'mírame, eh, mira lo grosero que soy', tus oídos también sufren. Y a eso, aunque menos dramático a nivel global que cuando hablamos del terreno político, es también decadencia. Porque si el Techno viene de algún lugar y pretende llegar a algo (es decir, si aspira a ser algo más que entretenimiento para quemar calorías, ponerte fino y alienarte un ratito de bailoteos con la peñita), entonces debe cuidarse el qué se dice, el cómo se hace y, especialmente, el cómo se hace.
Bernardo Hangar lleva años, muchos años, navegando por las turbias aguas de la escena, y podría haberse vendido al mejor postor o haberse entregado una y otra vez a cada nuevo hype o nueva tendencia (a ver si así me dan más bolos o vendo más, podría decirse con la zanahoria delante de sus narices, siempre ahí, a un palmo de poder alcanzarlaI. El que es fundador del sello DarkForest, sin embargo, ha optado por mantener una comedida coherencia, esforzarse en intentar tener un rumbo, una trayectoria, . Afortunadamente, el tiempo, más sabio que todos nosotros y nosotras juntos, porque suele poner las cosas en su lugar, le ha dado la razón. Quizás seguimos en tiempos decadentes para el Techno, de ritmos acelerados y canciones producidas en 20 minutos y masterizadas automáticamente por un programa que te regalan al comprar tu cafetera (color Negro Techno). Pero, afortunadamente, algunos y algunas, como Hangar, impasibles, siguen marcando el camino que permanecerá una vez haya barrido con todo la tormenta de polvo (una buena dust storm). Y cuando algunos y algunas se pregunten... ¿Dónde se ha quedado todo mi Esplendor? ¿Por qué ahora mi discurso suena vacío y parece que ya a nadie le importe nada? Quién sabe, quizás, en aquel momento, de golpe y porrazo, Bernardo Hangar nos sorprenda con un nuevo track llamado Decadencia.
Sea como fuere, por ahora, les dejamos gustosamente con Bernardo Hangar y su Esplendor.